Más de ochenta millones de personas en el mundo padecen halitosis crónica. El incómodo y desagradable mal aliento. Generalmente el origen del problema está en la lengua y las encías. Conoce cinco interesantes consejos para combatir esta afección común.

  1. Cepillarse los dientes tres veces al día.

Después del desayuno, comida y cena. Sobre todo antes de acostarse. Un cepillado adicional con bicarbonato de sodio dificulta el crecimiento de bacterias y reduce la acidez de la boca.

  1. Usar enjuague bucal

Ayuda a ocultar el mal olor. Sin embargo, si el origen de la halitosis es un problema dental sólo servirá para maquillar un poco la incómoda afección.

  1. Cepillarse la lengua

Sirve para eliminar los residuos acumulados en las papilas gustativas y pliegues de la lengua. Puede utilizarse para ello un raspador de lengua o un simple cepillo de dientes.

  1. Masticar una manzana, una zanahoria o un tallo de apio

Masticar frutas o vegetales frescos y crujientes favorece el flujo de saliva entre comidas. Además ayudan a arrastrar las bacterias que quedan en los dientes, lengua y encías.

  1. Visitar al dentista

Es el consejo más importante. Nadie como un profesional para averiguar cuál es el origen de nuestro mal aliento y que nos indique cuál es la medida más adecuada para ponerle fin.

El estrés o diversas condiciones médicas son algunos de los causantes del bruxismo. El desgaste excesivo de los dientes puede dar lugar a la necesidad de coronas, implantes o al uso de dentaduras postizas.

A veces las preocupaciones de la vida diaria nos las llevamos también a la cama. En lugar de conciliar el sueño no hacemos más que darle vueltas a nuestros problemas, apretando los dientes unos contra otros de manera involuntaria. Esta sería una de las causas más habituales del bruxismo.

Una dolencia provocada por el roce continuado de las piezas dentales, generalmente mientras se duerme. Es lo que popularmente se denomina rechinar los dientes. Puede generarse tras apretar unos contra otros o bien por el rozamiento de los dientes superiores con los inferiores de un lado a otro.

El resultado de esta acción, que se realiza sin intención, suele ser una incómoda y constante molestia en la mandíbula así como dolor de cabeza. Como generalmente se produce durante el sueño, resulta bastante difícil a quienes lo sufren ser conscientes de su problema.

Además de por el estrés, el bruxismo está relacionado también por las condiciones médicas de la persona. Cuando este rechinar de dientes es excesivo puede ocurrir que se rompa alguna pieza dental, se suelte o sufra tal desgaste que resulte necesario el uso de coronas, implantes o incluso el uso de dentaduras postizas.

Consejos para evitar rechinar los dientes

Protector nocturno

El dentista puede personalizarnos un protector nocturno que se ajuste sobre los dientes superiores. Su misión es la de proteger los dientes mientras se produce el bruxismo nocturno. La composición de estos protectores dentales suele ser de plástico.

Baño caliente

El agua caliente facilita la relajación de los músculos de la mandíbula. Por ello el baño tiene que realizarse antes de acostarse. Otro recurso válido es mojar una toallita en agua caliente y, tras escurrirla, pasarla la mandíbula en un suave masaje.

Hacer ejercicio

Como dijimos anteriormente, uno de los principales causantes del bruxismo es el estrés. Hacer ejercicio es una manera fantástica de reducir el estrés, además de práctica muy saludable.

Evitar morder objetos

Lo único que tienen que masticar los dientes es comida. La costumbre de morder bolígrafos u otro tipo de artículos duros hace que los músculos de la mandíbula se acostumbren a apretar. Algo que aumentará la posibilidad de que rechinen los dientes.

Recurrir a un profesional

Cuando se padece un estrés severo la terapia con un psicólogo o psiquiatra permitirá aliviarlo y con ello también el rechinar de los dientes.

Evitar comidas masticables

Cuando se padece bruxismo lo más recomendable es alejarse de alimentos que hacen trabajar bastante a la mandíbula, como las palomitas de maíz, un bistec o comer chicle.

 

 

Generalmente erupcionan entre los 17 y 21 años. Las molestias surgen cuando estas muelas emergen parcialmente a través de las encías, crecen torcidas o el maxilar carece de espacio suficiente para albergarlas.

 

El paso de los años da lugar a la llegada de las canas pero también del buen juicio. O eso se supone… Las muelas del juicio reciben este nombre porque suelen salir cuando se tienen entre 17 y 21 años, edad temprana en la que, teóricamente, cordura y sensatez empiezan a hacer mella en el comportamiento de las personas.

Se trata de terceros molares superiores e inferiores, los cuales están situados en el fondo de la boca. Cuando crecen sanas y con una posición correcta no causan ningún tipo de problema. Sin embargo, hay situaciones en las que el desarrollo de su crecimiento provoca ciertas dolencias.

 

Causas de las molestias provocadas por las muelas del juicio

  • Las muelas salen torcidas, siguiendo una dirección que no es la que debería.
  • Crecen únicamente de manera parcial a través de las encías pues no disponen de más espacio. Es posible entonces que una pequeña parte del tejido de la encía las cubra. A veces restos de comida quedan adheridos a este trozo de tejido y generan una infección en las encías.
  • Las muelas del juicio nacen muy atrás en la boca o bien tan apiñadas que resulta muy difícil poder hacer una correcta limpieza dental de la zona.
  • El maxilar o la mandíbula no poseen el espacio suficiente para que erupcionen de forma adecuada. Entonces se quedan retenidas en el hueso, impidiendo que puedan salir.
  • En ocasiones se forma un quiste que puede perjudicar al hueso o las raíces.

 

Síntomas de los problemas con las muelas del juicio

Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de problemas relativos a las muelas del juicio tienen que ver con personas que tienen entre 15 y 25 años. En estos casos suelen sufrir:

  • Dolores o rigidez en la mandíbula, cerca siempre de donde se encuentra una muela retenida.
  • Hinchazón o infección en la parte de tejido de la encía formado sobre la muela retenida.
  • Dolores producidos por la muela que sale en dirección equivocada y roza la lengua, la mejilla o la parte superior o inferior de la boca.
  • Caries o enfermedad de las encías al no existir espacio suficiente para poder limpiar la muela del juicio ni los dientes adyacentes.
  • Hacinamiento con los otros dientes.

 

Una vez que aparecen los síntomas resulta fundamental visitar al dentista para que examine la boca e indique el tratamiento más adecuado para cada situación. De esta manera evitaremos que las molestias se agraven aún más.

 

¿Sufren tus dientes cuando comes o bebes algo frío o caliente? ¿Y ante sabores dulces o muy ácidos? Se trata de la sensibilidad dental y es debido a que la dentina ha perdido su protección natural y los estímulos externos afectan a sus terminaciones nerviosas.

Disfrutar de un sabroso helado junto al mar, sentado en la playa mientras se contemplan las olas, es uno de esos placeres a los que poca gente puede resistirse. Sin embargo, hay personas a los que el frío del helado produce dolorosas punzadas al entrar en contacto con sus dientes. Sufren en este caso lo que se conoce como sensibilidad dental.

La dentina, la capa interior que rodea el nervio del diente, está protegida por el esmalte así como por las encías. Conforme va pasando el tiempo, el esmalte puede hacerse más fino o perderse y por lo tanto reduce su protección al diente. Lo mismo ocurre con las encías, que también se retraen, dejando más superficie dental al descubierto y facilitando así que los estímulos externos puedan afectar a las terminaciones nerviosas.

Los cambios de temperatura como el frío o el calor, al igual que los sabores dulces o muy ácidos producen entonces dolores en los dientes. Una especie de agudo pinchazo que nos hace llevarnos las manos a la mandíbula en un gesto inconfundible. Este dolor puede originarse incluso cuando abrimos la boca en invierno durante los días más gélidos. No debemos olvidar que la sensibilidad dental afecta a una de cada tres personas.

 

Posibles causas de la sensibilidad dental

  • Cepillado incorrecto de los dientes o con fuerza excesiva, pues puede dar lugar a pérdida de esmalte.
  • Uso de una pasta dentífrica excesivamente abrasiva.
  • Retracción de las encías por cepillado o enfermedades de las encías.
  • Consumo continuado de bebidas ácidas, como los refrescos y zumos, favorecen la erosión del esmalte y que la dentina por tanto pierda su protección.
  • Fracturas dentales por traumatismos o apretamiento (bruxismo).
  • Problemas de estómago como acidez o reflujo que degradan y deshacen el esmalte.

Recomendaciones para prevenir la sensibilidad dental

Para evitar que este tipo de sensibilidad pueda derivar en patologías más graves, la higiene bucal diaria es fundamental. Al realizarla tendremos que fijarnos en:

  • Utilizar dentífricos específicos para nuestra dolencia de dientes sensibles. Siempre debemos evitar cualquier tipo de pasta dental que posea blanqueantes abrasivos.
  • Utilizar cepillos de cerdas que no sean muy duras. El hilo dental para aquellos lugares de difícil acceso también es muy recomendable. Cambiar de cepillo trimestralmente es recomendable además para todo tipo de higiene bucal.
  • Evitar contrastes bruscos de alimentos fríos y calientes mientras comemos. Los alimentos ácidos como los cítricos favorecen el desgaste del esmalte, por lo que es mejor no consumirlos si tenemos sensibilidad dental.
  • Los alimentos azucarados tampoco son recomendables ni, por supuesto, el tabaco, que perjudica el esmalte y las encías.

 

Como recomendamos continuamente en la Clínica Ruiz-Capillas, la visita regular al dentista es la mejor prevención posible. Un profesional especializado ayuda siempre a solventar cualquier tipo de duda y nos advertirá y aconsejará sobre posibles problemas dentales.

Aumento de la placa bacteriana, caries o fracturas en los dientes son algunas de las consecuencias del abuso del consumo de azúcar. La prevención es el arma más efectiva para hacerle frente a estos problemas dentales.

Dicen que la moderación es el camino más saludable para llegar a una edad avanzada. Es decir, disfrutar de lo que nos ofrece la vida pero sin abusar de ello. Y es que, ya lo dijo el famoso médico Paracelso, en la dosis está el veneno. Incluso el agua, un elemento esencial para el ser humano, si se toma en exceso y muy rápidamente puede alterar el equilibrio de sales del cuerpo.

Por ello debemos saber controlarnos en todo lo relacionado con nuestra salud. El abuso del consumo de azúcar es uno de los problemas más habituales. Sobre todo en las fechas navideñas donde resulta casi imposible decir no a los numerosos dulces presentes en cualquier reunión a la que asistamos.

La dentadura es una de las partes del cuerpo más afectadas por el consumo excesivo de azúcar. Da lugar a que se produzca un incremento de la placa bacteriana, que aparezcan las caries o bien se fracturen los dientes. La visita regular al dentista permitirá tener controlado en todo momento el estado de nuestros dientes.

Efectos del abuso de azúcar en los dientes

Aumento de la placa bacteriana

La boca es un auténtico nido de bacterias hambrientas de azúcar. Muchas de estas bacterias resultan inofensivas, sin embargo otras no lo son tanto. El azúcar les hace generar un ácido que ataca a los dientes. Aunque el flúor o el calcio de los mismos le hacen frente, el ataque continuo termina debilitándolos. Una vez alimentadas con el azúcar se reproducen, acumulándose entre los dientes cada vez en mayor cantidad. La placa que se forma con esta acumulación termina endureciéndose, lo que complica su extracción.

Aparición de caries

Las bacterias de las que hablamos se cuelan por los diferentes huecos formados en los dientes por acción del ácido. Una vez allí, se hacen fuertes. Tanto que para poder limpiarlas hace falta la ayuda de un profesional. Se detectan normalmente gracias a las manchas, la sensibilidad dental o el clásico dolor de muelas. Otras veces es el propio dentista quien las descubre tras una simple inspección rutinaria.

Encías inflamadas

La placa acumulada en los dientes inflama las encías, aumentando así la sensibilidad dental. Si esto se produce de manera continuada da lugar a que el tejido se descomponga y la encía se retire, posibilitando entonces que alguno de los dientes pueda llegar a caerse.

Fracturas en los dientes

Además de por golpes accidentales, los dientes pueden fracturarse por causa del exceso de azúcar. El ácido generado del que hablamos antes debilita el esmalte, genera las caries y crea diversas grietas que, en función de su profundidad, pueden llegar a romper el diente.

Estos son las consecuencias más destacadas para los dientes de un consumo excesivo de azúcar. Una higiene dental diaria prevendrá estos problemas. No obstante, la visita regular al dentista servirá para tener controlado el estado óptimo de nuestros dientes y solucionar cualquier alteración que pudiesen sufrir.

Las clínicas dentales de BQDC comparten una misma filosofía: calidad y ética como eje central.

La responsabilidad social es un pilar fundamental de nuestra clínica, sobre el que basamos nuestra misión de contribuir a la mejora de la salud de las personas.
Nuestro compromiso con la sociedad se extiende también a otras áreas con el objetivo de generar la confianza y el respeto de todos aquellos con quienes trabajamos, asegurando prácticas éticas y sostenibles.

Por ello hemos elaborado una memoria de las actividades realizadas en este área por las clínicas del grupo, que podéis leer clicando en la imagen.

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Las microcarillas son restauraciones de cerámica que adherimos sobre el propio diente, sin necesidad de tocarlo. Se trata de un tratamiento conservador. El resultado es sutil y satisfactorio, recuperando además de la estética, la función de la pieza.

La lengua es un órgano importante de nuestro cuerpo y parte de nuestra boca. Resulta indispensable su limpieza para asegurar nuestra salud bucal en las mejores condiciones, pero a menudo es la gran olvidada. Hoy te ofrecemos las claves para su higiene.

Uno de los objetivos de la Clínica Ruiz-Capillas es la labor de divulgación y sensibilización a la sociedad sobre la importancia de mantener la boca sana y adquirir hábitos saludables. Es una tarea en la que ponemos especial empeño cuando se trata de niños/as, porque creemos en la educación como base de una sociedad sana. Por eso, en ocasiones realizamos actividades con escolares en las que aprenden a la vez que se divierten.

¿Cepillo dental eléctrico o manual? ¿Cuál es mejor? ¿Qué escoger? Hoy te explicaremos las ventajas e inconvenientes que tienen cada uno de ellos. La verdad es que variedad hay mucha y por eso te explicamos las características de unos y otros.