Qué es la sensibilidad dental

¿Sufren tus dientes cuando comes o bebes algo frío o caliente? ¿Y ante sabores dulces o muy ácidos? Se trata de la sensibilidad dental y es debido a que la dentina ha perdido su protección natural y los estímulos externos afectan a sus terminaciones nerviosas.

Disfrutar de un sabroso helado junto al mar, sentado en la playa mientras se contemplan las olas, es uno de esos placeres a los que poca gente puede resistirse. Sin embargo, hay personas a los que el frío del helado produce dolorosas punzadas al entrar en contacto con sus dientes. Sufren en este caso lo que se conoce como sensibilidad dental.

La dentina, la capa interior que rodea el nervio del diente, está protegida por el esmalte así como por las encías. Conforme va pasando el tiempo, el esmalte puede hacerse más fino o perderse y por lo tanto reduce su protección al diente. Lo mismo ocurre con las encías, que también se retraen, dejando más superficie dental al descubierto y facilitando así que los estímulos externos puedan afectar a las terminaciones nerviosas.

Los cambios de temperatura como el frío o el calor, al igual que los sabores dulces o muy ácidos producen entonces dolores en los dientes. Una especie de agudo pinchazo que nos hace llevarnos las manos a la mandíbula en un gesto inconfundible. Este dolor puede originarse incluso cuando abrimos la boca en invierno durante los días más gélidos. No debemos olvidar que la sensibilidad dental afecta a una de cada tres personas.

 

Posibles causas de la sensibilidad dental

  • Cepillado incorrecto de los dientes o con fuerza excesiva, pues puede dar lugar a pérdida de esmalte.
  • Uso de una pasta dentífrica excesivamente abrasiva.
  • Retracción de las encías por cepillado o enfermedades de las encías.
  • Consumo continuado de bebidas ácidas, como los refrescos y zumos, favorecen la erosión del esmalte y que la dentina por tanto pierda su protección.
  • Fracturas dentales por traumatismos o apretamiento (bruxismo).
  • Problemas de estómago como acidez o reflujo que degradan y deshacen el esmalte.

Recomendaciones para prevenir la sensibilidad dental

Para evitar que este tipo de sensibilidad pueda derivar en patologías más graves, la higiene bucal diaria es fundamental. Al realizarla tendremos que fijarnos en:

  • Utilizar dentífricos específicos para nuestra dolencia de dientes sensibles. Siempre debemos evitar cualquier tipo de pasta dental que posea blanqueantes abrasivos.
  • Utilizar cepillos de cerdas que no sean muy duras. El hilo dental para aquellos lugares de difícil acceso también es muy recomendable. Cambiar de cepillo trimestralmente es recomendable además para todo tipo de higiene bucal.
  • Evitar contrastes bruscos de alimentos fríos y calientes mientras comemos. Los alimentos ácidos como los cítricos favorecen el desgaste del esmalte, por lo que es mejor no consumirlos si tenemos sensibilidad dental.
  • Los alimentos azucarados tampoco son recomendables ni, por supuesto, el tabaco, que perjudica el esmalte y las encías.

 

Como recomendamos continuamente en la Clínica Ruiz-Capillas, la visita regular al dentista es la mejor prevención posible. Un profesional especializado ayuda siempre a solventar cualquier tipo de duda y nos advertirá y aconsejará sobre posibles problemas dentales.