Los problemas bucales más frecuentes en personas mayores

La salud de la boca es tan importante como puede ser la del resto de nuestro cuerpo. Cuando no se cuida adecuadamente puede llevar a desarrollar cardiopatías o problemas de diabetes, entre otros.

El número de personas en el mundo que han pasado ya más de seis décadas no deja de incrementarse año tras año. Afortunadamente, cada vez son más los integrantes de este grupo poblacional con la mayoría de sus piezas dentales intactas. Ello es debido a tres causas principales: mejor atención sanitaria bucodental, una tecnología dental avanzada, así como una concienciación de la importancia de la higiene bucodental. La fluoración artificial del agua comunitaria supone también una medida eficaz para la profilaxis colectiva de la caries dental.

No obstante, son también muchas las personas mayores que no le prestan atención al mantenimiento de la salud bucodental. Bien porque no lo consideran primordial, bien porque no quieren perder tiempo o están más centrados en otros problemas de salud.

 

La importancia de visitar al dentista

En Clínica Dental Ruiz-Capillas nunca nos cansaremos de decir que la visita periódica al dentista es fundamental para cualquier persona. El examen y recomendaciones del profesional de la odontología sirven para identificar y atajar posibles problemas de salud bucodental antes de que se conviertan en un obstáculo mayor. Además, en una revisión dental, es posible diagnosticar precozmente enfermedades generales de otras partes del cuerpo. Cuanta más edad se tiene, más necesaria es la visita periódica.

 

Problemas bucales habituales entre las personas mayores

  •         Boca seca

Si bien la boca seca no forma parte del proceso de envejecimiento, como sí lo es el deterioro cognitivo, con la edad es habitual que surja este problema. Muchas personas mayores no generan suficiente saliva para mantener la boca húmeda, lo que puede dar lugar a dificultades a la hora de masticar, tragar o incluso hablar.

La saliva facilita la protección de la boca frente a las bacterias. Por lo tanto, la sequedad bucal conlleva el incremento del riesgo de padecer caries.

Las causas habituales de la sequedad de la boca son:

 La ingesta de medicamentos para tratar enfermedades como la depresión o el colesterol a veces, como efecto secundario, provocan la sequedad bucal.

Radiación o quimioterapia.

Lesiones en la cabeza o el cuello.

 

  •         Enfermedad de las encías

Consiste en la inflamación de las encías y del tejido que sujeta a los dientes al acumularse placa bacteriana debajo y a lo largo de la línea de las encías. Cuando es leve, las personas mayores pueden solucionar el problema por medio de una correcta y constante higiene dental.

Cepillado de dientes y uso de hilo dental es el secreto. También lo es la visita al dentista para comprobar su evolución y tomar medidas para evitar que la enfermedad derive en periodontitis.

 

  •         Dolor de boca

Quien más, quien menos lo ha sufrido alguna vez, independientemente de la edad. No obstante, conforme se cumplen años puede surgir más a menudo, dificultando la ingestión de alimentos.

A veces las personas mayores dejan de comer de pronto, sin motivo aparente que justifique su desgana. Sin embargo, no es por falta de apetito sino por el dolor que le provoca alguna pieza dental. Por ello es importante estar atento a la actitud de nuestros familiares mayores y llevarlos al dentista para que identifique el problema. 

 

  • Pérdida de dientes

Una correcta alimentación es clave para gozar de buena salud y para la longevidad. Para ello es necesario tener dientes suficientes y en buen estado. Recomendamos reponer las piezas que se pierdan por caries o enfermedad periodontal mediante prótesis o implantes para garantizar la adecuada nutrición de nuestros mayores.

 

  •         Llagas o abrasiones bucales sin cicatrizar

El riesgo de sufrir cáncer de boca se incrementa pasados los 55 años. Hay que estar muy atento a cualquier llaga o ulceración que nunca termina de cicatrizar. Este es un indicio muy a tener en cuenta ya que el dolor no es un síntoma precoz de la enfermedad.

La prevención es la mejor manera de que las personas mayores se curen en salud. Cepillarse los dientes y usar hilo dental debe ser una costumbre cotidiana. También, por supuesto, estar atentos a cualquier cambio que se produzca en su boca y visitar al dentista al menos una vez al año para conocer con exactitud el estado de nuestra salud bucodental.