desmintiendo mitos sobre los dientes

Todos conocemos e incluso solemos dar por válidas numerosas afirmaciones relativas a la salud únicamente porque siempre las hemos escuchado. Parece que la frase atribuida a Goebbels de “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” al final termina cumpliéndose.

Los mitos dentales pueden dar lugar a que conservar nuestra salud dental se convierta en todo un reto. Al creerlos resulta fácil malinterpretar ciertos aspectos de los tratamientos y del cuidado de la salud bucodental y perjudicarnos a nosotros mismos.

Por tanto, ante cualquier duda, lo más apropiado es consultar con un profesional de la odontología para que nos indique qué hay de cierto o falso en aquello que hemos leído o nos han contado. 

Conozcamos entonces algunos de los mitos dentales más populares, así como por qué no debemos hacerles caso. Identificar la diferencia entre los mitos y los hechos científicamente comprobados ayudará sin duda a mantener la calidad de nuestra salud bucodental. 

 

Los mitos sobre salud bucodental más populares


  • El blanqueamiento dental puede dañar los dientes

La leyenda urbana asegura que con este tratamiento se puede dañar el esmalte de los dientes. Mito que podría resultar cierto sólo en aquellos casos en los que el blanqueamiento dental no tenga lugar bajo la experta supervisión del profesional de la odontología.

 

Lo mismo ocurre con los productos de blanqueamiento dental de venta libre que no han sido recomendados por nuestro dentista. Pueden contener ingredientes ácidos que sí dañen el esmalte de los dientes. Por tanto, el tratamiento de blanqueamiento dental es totalmente seguro siempre que se realice bajo la supervisión de un profesional. 


  • El azúcar es el principal causante de las caries

Es un mito de los más clásicos. Casi todo el mundo cree que constituye la principal causa de las caries. Sin embargo, pese a que juega un papel muy importante en la formación de las caries, las bacterias de la boca son la causa principal de las mismas. 

 

Las bacterias se alimentan de carbohidratos y azúcares para producir ácidos, los cuales atacan al esmalte y propician las caries. 

 

  • Los dientes de leche no son definitivos por lo que no hay preocuparse por ellos

Craso error. Estos dientes primarios son muy importantes a la hora de guiar los dientes permanentes respecto a su dirección y salud. El cuidado incorrecto de los dientes de leche puede afectar al desarrollo del habla y a la nutrición del niño.


  • La pérdida de dientes es genética

Otro mito muy extendido. Muchas personas creen que no pueden evitar la pérdida de sus piezas dentales debido a su historial genético. Es falso. La pérdida de dientes es totalmente prevenible. En la mayoría de las situaciones, el origen de la caída se debe a enfermedades como la caries. 

 

Los dientes sanos se consiguen siguiendo buenas prácticas de higiene bucal. Un cepillado minucioso, uso de hilo dental, visitas regulares a nuestro dentista y el cumplimiento de sus recomendaciones ayuda a disfrutar de unos dientes sanos de por vida. 


  • Cuanto más fuerte nos cepillemos los dientes, más limpios quedarán

Es común la creencia de que solo con cepillarnos asiduamente los dientes nuestra salud dental estará a salvo. Aunque el cepillado sin duda es fundamental, no es suficiente. Para conseguir una higiene perfecta debemos limpiar los espacios entre dientes con hilo o cepillo interdental.

 

Además, hay quienes se cepillan los dientes con mucha fuerza para, según el mito, eliminar así todos los restos de comidas y bacterias existentes, puediendo llegar a dañar el esmalte y la encía. 


  • Usar enjuagues bucales con alcohol después de cada comida es lo más apropiado

Pues no. El alcohol es deshidratante y destruye todos los microorganismos de la boca, hasta las bacterias buenas. Además, puede generar úlceras y acabar con los empastes de las caries. Cuando el uso de enjuagues bucales con alcohol es excesivo incluso es posible desarrollar un cáncer oral. 


  • Las mujeres embarazadas no deben ir al dentista

La visita es segura cuando se trata de limpiezas rutinarias o revisiones. También es posible empastar las caries antes de que se produzca el nacimiento del bebé. 

 

El profesional de la odontología ayuda además con cualquier síntoma vinculado al embarazo que la futura mamá experimente. Por ejemplo, las hormonas asociadas al embarazo incrementan el riesgo de sufrir enfermedades en las encías, como la gingivitis.


  • Las radiografías dentales son peligrosas

Contrariamente a la creencia popular, la radiación en pequeñas dosis es totalmente segura. La cantidad de radiación a la que nos exponemos durante una radiografía dental es mínima, muy inferior a la que recibimos, por ejemplo, durante un vuelo nacional.

 

Este tipo de radiografías son muy importantes para el control de nuestra salud bucodental tanto a corto como a largo plazo. Además, los protocolos de seguridad garantizan que la exposición a la radiación nunca pueda causar problemas de salud.