Generalmente erupcionan entre los 17 y 21 años. Las molestias surgen cuando estas muelas emergen parcialmente a través de las encías, crecen torcidas o el maxilar carece de espacio suficiente para albergarlas.
El paso de los años da lugar a la llegada de las canas pero también del buen juicio. O eso se supone… Las muelas del juicio reciben este nombre porque suelen salir cuando se tienen entre 17 y 21 años, edad temprana en la que, teóricamente, cordura y sensatez empiezan a hacer mella en el comportamiento de las personas.
Se trata de terceros molares superiores e inferiores, los cuales están situados en el fondo de la boca. Cuando crecen sanas y con una posición correcta no causan ningún tipo de problema. Sin embargo, hay situaciones en las que el desarrollo de su crecimiento provoca ciertas dolencias.
Causas de las molestias provocadas por las muelas del juicio
- Las muelas salen torcidas, siguiendo una dirección que no es la que debería.
- Crecen únicamente de manera parcial a través de las encías pues no disponen de más espacio. Es posible entonces que una pequeña parte del tejido de la encía las cubra. A veces restos de comida quedan adheridos a este trozo de tejido y generan una infección en las encías.
- Las muelas del juicio nacen muy atrás en la boca o bien tan apiñadas que resulta muy difícil poder hacer una correcta limpieza dental de la zona.
- El maxilar o la mandíbula no poseen el espacio suficiente para que erupcionen de forma adecuada. Entonces se quedan retenidas en el hueso, impidiendo que puedan salir.
- En ocasiones se forma un quiste que puede perjudicar al hueso o las raíces.
Síntomas de los problemas con las muelas del juicio
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de problemas relativos a las muelas del juicio tienen que ver con personas que tienen entre 15 y 25 años. En estos casos suelen sufrir:
- Dolores o rigidez en la mandíbula, cerca siempre de donde se encuentra una muela retenida.
- Hinchazón o infección en la parte de tejido de la encía formado sobre la muela retenida.
- Dolores producidos por la muela que sale en dirección equivocada y roza la lengua, la mejilla o la parte superior o inferior de la boca.
- Caries o enfermedad de las encías al no existir espacio suficiente para poder limpiar la muela del juicio ni los dientes adyacentes.
- Hacinamiento con los otros dientes.
Una vez que aparecen los síntomas resulta fundamental visitar al dentista para que examine la boca e indique el tratamiento más adecuado para cada situación. De esta manera evitaremos que las molestias se agraven aún más.