Hace tiempo que los niños que acuden a la clínica pueden hacer un dibujo para entretenerse, a veces dibujan a su dentista, un paisaje, a su familia… nos encanta ver estas pequeñas obras de arte así que hemos decido premiar a estos artistas. Se trata de una mecánica sencilla pero vamos a detallar las condiciones de participación:

  • Podrán participar niños y niñas hasta las 12 años
  • Por participar con un dibujo se hará entrega de un cepillo manual (limitado a 1 dibujo y 1 cepillo por periodo de concurso)
  • No tienen que ser obligatoriamente pacientes puede ser acompañantes o cualquier niño que venga con su dibujo
  • El sorteo se realizará de modo público en la recepción de la clínica
  • Al ganador del sorteo se le hará entrega de un cepillo eléctrico.
  • Se cerrará la participación cuando haya 50 dibujos por ello no hay una fecha cerrada
  • Se anunciará el ganador en la redes sociales y en esta entrada de blog

Gracias anticipadas por participar!

La hipersensibilidad dental, el oscurecimiento de algún diente o sufrir dolor al masticar suelen ser síntomas que implican la necesidad de hacer una endodoncia para poner fin a las molestias.

Aunque el esmalte que envuelve a los dientes es la parte más dura del cuerpo, dentro de estos también existen tejidos blandos. Es el caso de la pulpa, la cual contiene los vasos sanguíneos y los nervios, ocupando desde la corona hasta la raíz. Al ser la parte más sensible del diente, cualquier molestia que le afecte producirá en el paciente un dolor a veces insoportable.

Es el momento entonces de realizar una endodoncia. El nervio del diente está dañado por una infección, un golpe o un desgaste de la pieza dental. Lo más habitual es la infección generada por una caries. Mediante la endodoncia es posible lo que popularmente se conoce como matar el nervio, logrando así desvitalizarlo. Gracias a ello no hace falta realizar ninguna extracción.

Y es que, tras un tratamiento con antibióticos, se quita la parte dañada de la pulpa y a continuación se restaura la pieza dental. El objetivo es mantener la pieza dental, siempre que tal situación sea posible. Existen casos en los que al que no realizarse una endodoncia, la infección de la pulpa puede extenderse a los tejidos de alrededor y formar un absceso. Si esta situación tiene lugar, es posible que deriven en graves consecuencias como: pérdida del diente, osteomelitis, propagación de la infección a la sangre o, en casos extremos, cuando esta infección de la sangre llega a ciertas zonas del organismo puede generar patologías mortales.

 

Síntomas que avisan de la necesidad de una endodoncia

  • Molestias a la hora de masticar.
  • Decoloración del diente, el cual oscurece su tono.
  • Hipersensibilidad dental.
  • Aparece un flemón o fístula en la boca.

 

¿Cuándo debe practicarse una endodoncia?

Como indicamos al principio, son tres los motivos que dan lugar a la necesidad de realizar una endodoncia. El diente tiene sufre una infección; está desgastado o erosionado; ha recibido un golpe importante. Lo más habitual es que las endodoncias estén generadas por caries que afectan al nervio del diente.

En los casos en donde la pulpa sufre una infección y se inflama puede llegar incluso a necrosarse. Situación que obliga a realizar la endodoncia para salvar la pieza dental. Es fundamental acudir con rapidez al dentista si empezamos a sufrir dolores de dientes o muelas para sí poder hacerle frente al problema con eficacia.

Consejos para prevenir una endodoncia

  • Cepillado de los dientes una vez que finalizamos cada comida.
  • Utilización del hilo dental como complemento al cepillo de dientes.
  • Evitar el consumo habitual de dulces y bebidas azucaradas. Tras la ingestión de un alimento con azúcar es muy importante cepillarse con dientes con agua en abundancia.
  • Acudir al dentista al menos dos veces al año como revisiones periódicas. No obstante, ante cualquier molestia, como la hipersensibilidad dental, la consulta con un profesional permitirá detectar y solucionar la dolencia antes de que pueda ir a mayores.

 

 

¿Cepillo de dientes manual o eléctrico?

Sin duda una de las grandes cuestiones con las que se enfrentan todos aquellos que se preocupan por mantener una correcta higiene dental. En este caso vamos a ver los puntos fuertes y débiles del cepillo de dientes eléctrico.

Ventajas del cepillo eléctrico

  • Su sistema de cabezales rotatorios permite retirar mayor cantidad de placa bacteriana (la mayor causante de caries y de problemas de encías).
  • Los dientes sufren menor desgaste en su superficie externa al presionar menos sobre las piezas dentales.
  • El tiempo de cepillado es mayor, favoreciendo así a la correcta limpieza. Existen modelos que emiten señales acústicas para dedicar más tiempo a una zona u otra.
  • En algunos modelos su sensor de presión evita el uso de una fuerza excesiva que podría  dañar la encía y el esmalte

Desventajas del cepillo eléctrico

  • Un precio más elevado que el cepillo de dientes manual.
  • Los usuarios a menudo no disponen de tiempo o paciencia suficiente para realizar un cepillado de cerca de dos minutos.
  • Su excesivo tamaño a veces lo convierte en un objeto demasiado incómodo para usar o transportar en el neceser.

Más de ochenta millones de personas en el mundo padecen halitosis crónica. El incómodo y desagradable mal aliento. Generalmente el origen del problema está en la lengua y las encías. Conoce cinco interesantes consejos para combatir esta afección común.

  1. Cepillarse los dientes tres veces al día.

Después del desayuno, comida y cena. Sobre todo antes de acostarse. Un cepillado adicional con bicarbonato de sodio dificulta el crecimiento de bacterias y reduce la acidez de la boca.

  1. Usar enjuague bucal

Ayuda a ocultar el mal olor. Sin embargo, si el origen de la halitosis es un problema dental sólo servirá para maquillar un poco la incómoda afección.

  1. Cepillarse la lengua

Sirve para eliminar los residuos acumulados en las papilas gustativas y pliegues de la lengua. Puede utilizarse para ello un raspador de lengua o un simple cepillo de dientes.

  1. Masticar una manzana, una zanahoria o un tallo de apio

Masticar frutas o vegetales frescos y crujientes favorece el flujo de saliva entre comidas. Además ayudan a arrastrar las bacterias que quedan en los dientes, lengua y encías.

  1. Visitar al dentista

Es el consejo más importante. Nadie como un profesional para averiguar cuál es el origen de nuestro mal aliento y que nos indique cuál es la medida más adecuada para ponerle fin.

El estrés o diversas condiciones médicas son algunos de los causantes del bruxismo. El desgaste excesivo de los dientes puede dar lugar a la necesidad de coronas, implantes o al uso de dentaduras postizas.

A veces las preocupaciones de la vida diaria nos las llevamos también a la cama. En lugar de conciliar el sueño no hacemos más que darle vueltas a nuestros problemas, apretando los dientes unos contra otros de manera involuntaria. Esta sería una de las causas más habituales del bruxismo.

Una dolencia provocada por el roce continuado de las piezas dentales, generalmente mientras se duerme. Es lo que popularmente se denomina rechinar los dientes. Puede generarse tras apretar unos contra otros o bien por el rozamiento de los dientes superiores con los inferiores de un lado a otro.

El resultado de esta acción, que se realiza sin intención, suele ser una incómoda y constante molestia en la mandíbula así como dolor de cabeza. Como generalmente se produce durante el sueño, resulta bastante difícil a quienes lo sufren ser conscientes de su problema.

Además de por el estrés, el bruxismo está relacionado también por las condiciones médicas de la persona. Cuando este rechinar de dientes es excesivo puede ocurrir que se rompa alguna pieza dental, se suelte o sufra tal desgaste que resulte necesario el uso de coronas, implantes o incluso el uso de dentaduras postizas.

Consejos para evitar rechinar los dientes

Protector nocturno

El dentista puede personalizarnos un protector nocturno que se ajuste sobre los dientes superiores. Su misión es la de proteger los dientes mientras se produce el bruxismo nocturno. La composición de estos protectores dentales suele ser de plástico.

Baño caliente

El agua caliente facilita la relajación de los músculos de la mandíbula. Por ello el baño tiene que realizarse antes de acostarse. Otro recurso válido es mojar una toallita en agua caliente y, tras escurrirla, pasarla la mandíbula en un suave masaje.

Hacer ejercicio

Como dijimos anteriormente, uno de los principales causantes del bruxismo es el estrés. Hacer ejercicio es una manera fantástica de reducir el estrés, además de práctica muy saludable.

Evitar morder objetos

Lo único que tienen que masticar los dientes es comida. La costumbre de morder bolígrafos u otro tipo de artículos duros hace que los músculos de la mandíbula se acostumbren a apretar. Algo que aumentará la posibilidad de que rechinen los dientes.

Recurrir a un profesional

Cuando se padece un estrés severo la terapia con un psicólogo o psiquiatra permitirá aliviarlo y con ello también el rechinar de los dientes.

Evitar comidas masticables

Cuando se padece bruxismo lo más recomendable es alejarse de alimentos que hacen trabajar bastante a la mandíbula, como las palomitas de maíz, un bistec o comer chicle.

 

 

Generalmente erupcionan entre los 17 y 21 años. Las molestias surgen cuando estas muelas emergen parcialmente a través de las encías, crecen torcidas o el maxilar carece de espacio suficiente para albergarlas.

 

El paso de los años da lugar a la llegada de las canas pero también del buen juicio. O eso se supone… Las muelas del juicio reciben este nombre porque suelen salir cuando se tienen entre 17 y 21 años, edad temprana en la que, teóricamente, cordura y sensatez empiezan a hacer mella en el comportamiento de las personas.

Se trata de terceros molares superiores e inferiores, los cuales están situados en el fondo de la boca. Cuando crecen sanas y con una posición correcta no causan ningún tipo de problema. Sin embargo, hay situaciones en las que el desarrollo de su crecimiento provoca ciertas dolencias.

 

Causas de las molestias provocadas por las muelas del juicio

  • Las muelas salen torcidas, siguiendo una dirección que no es la que debería.
  • Crecen únicamente de manera parcial a través de las encías pues no disponen de más espacio. Es posible entonces que una pequeña parte del tejido de la encía las cubra. A veces restos de comida quedan adheridos a este trozo de tejido y generan una infección en las encías.
  • Las muelas del juicio nacen muy atrás en la boca o bien tan apiñadas que resulta muy difícil poder hacer una correcta limpieza dental de la zona.
  • El maxilar o la mandíbula no poseen el espacio suficiente para que erupcionen de forma adecuada. Entonces se quedan retenidas en el hueso, impidiendo que puedan salir.
  • En ocasiones se forma un quiste que puede perjudicar al hueso o las raíces.

 

Síntomas de los problemas con las muelas del juicio

Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de problemas relativos a las muelas del juicio tienen que ver con personas que tienen entre 15 y 25 años. En estos casos suelen sufrir:

  • Dolores o rigidez en la mandíbula, cerca siempre de donde se encuentra una muela retenida.
  • Hinchazón o infección en la parte de tejido de la encía formado sobre la muela retenida.
  • Dolores producidos por la muela que sale en dirección equivocada y roza la lengua, la mejilla o la parte superior o inferior de la boca.
  • Caries o enfermedad de las encías al no existir espacio suficiente para poder limpiar la muela del juicio ni los dientes adyacentes.
  • Hacinamiento con los otros dientes.

 

Una vez que aparecen los síntomas resulta fundamental visitar al dentista para que examine la boca e indique el tratamiento más adecuado para cada situación. De esta manera evitaremos que las molestias se agraven aún más.

 

¿Sufren tus dientes cuando comes o bebes algo frío o caliente? ¿Y ante sabores dulces o muy ácidos? Se trata de la sensibilidad dental y es debido a que la dentina ha perdido su protección natural y los estímulos externos afectan a sus terminaciones nerviosas.

Disfrutar de un sabroso helado junto al mar, sentado en la playa mientras se contemplan las olas, es uno de esos placeres a los que poca gente puede resistirse. Sin embargo, hay personas a los que el frío del helado produce dolorosas punzadas al entrar en contacto con sus dientes. Sufren en este caso lo que se conoce como sensibilidad dental.

La dentina, la capa interior que rodea el nervio del diente, está protegida por el esmalte así como por las encías. Conforme va pasando el tiempo, el esmalte puede hacerse más fino o perderse y por lo tanto reduce su protección al diente. Lo mismo ocurre con las encías, que también se retraen, dejando más superficie dental al descubierto y facilitando así que los estímulos externos puedan afectar a las terminaciones nerviosas.

Los cambios de temperatura como el frío o el calor, al igual que los sabores dulces o muy ácidos producen entonces dolores en los dientes. Una especie de agudo pinchazo que nos hace llevarnos las manos a la mandíbula en un gesto inconfundible. Este dolor puede originarse incluso cuando abrimos la boca en invierno durante los días más gélidos. No debemos olvidar que la sensibilidad dental afecta a una de cada tres personas.

 

Posibles causas de la sensibilidad dental

  • Cepillado incorrecto de los dientes o con fuerza excesiva, pues puede dar lugar a pérdida de esmalte.
  • Uso de una pasta dentífrica excesivamente abrasiva.
  • Retracción de las encías por cepillado o enfermedades de las encías.
  • Consumo continuado de bebidas ácidas, como los refrescos y zumos, favorecen la erosión del esmalte y que la dentina por tanto pierda su protección.
  • Fracturas dentales por traumatismos o apretamiento (bruxismo).
  • Problemas de estómago como acidez o reflujo que degradan y deshacen el esmalte.

Recomendaciones para prevenir la sensibilidad dental

Para evitar que este tipo de sensibilidad pueda derivar en patologías más graves, la higiene bucal diaria es fundamental. Al realizarla tendremos que fijarnos en:

  • Utilizar dentífricos específicos para nuestra dolencia de dientes sensibles. Siempre debemos evitar cualquier tipo de pasta dental que posea blanqueantes abrasivos.
  • Utilizar cepillos de cerdas que no sean muy duras. El hilo dental para aquellos lugares de difícil acceso también es muy recomendable. Cambiar de cepillo trimestralmente es recomendable además para todo tipo de higiene bucal.
  • Evitar contrastes bruscos de alimentos fríos y calientes mientras comemos. Los alimentos ácidos como los cítricos favorecen el desgaste del esmalte, por lo que es mejor no consumirlos si tenemos sensibilidad dental.
  • Los alimentos azucarados tampoco son recomendables ni, por supuesto, el tabaco, que perjudica el esmalte y las encías.

 

Como recomendamos continuamente en la Clínica Ruiz-Capillas, la visita regular al dentista es la mejor prevención posible. Un profesional especializado ayuda siempre a solventar cualquier tipo de duda y nos advertirá y aconsejará sobre posibles problemas dentales.

Aumento de la placa bacteriana, caries o fracturas en los dientes son algunas de las consecuencias del abuso del consumo de azúcar. La prevención es el arma más efectiva para hacerle frente a estos problemas dentales.

Dicen que la moderación es el camino más saludable para llegar a una edad avanzada. Es decir, disfrutar de lo que nos ofrece la vida pero sin abusar de ello. Y es que, ya lo dijo el famoso médico Paracelso, en la dosis está el veneno. Incluso el agua, un elemento esencial para el ser humano, si se toma en exceso y muy rápidamente puede alterar el equilibrio de sales del cuerpo.

Por ello debemos saber controlarnos en todo lo relacionado con nuestra salud. El abuso del consumo de azúcar es uno de los problemas más habituales. Sobre todo en las fechas navideñas donde resulta casi imposible decir no a los numerosos dulces presentes en cualquier reunión a la que asistamos.

La dentadura es una de las partes del cuerpo más afectadas por el consumo excesivo de azúcar. Da lugar a que se produzca un incremento de la placa bacteriana, que aparezcan las caries o bien se fracturen los dientes. La visita regular al dentista permitirá tener controlado en todo momento el estado de nuestros dientes.

Efectos del abuso de azúcar en los dientes

Aumento de la placa bacteriana

La boca es un auténtico nido de bacterias hambrientas de azúcar. Muchas de estas bacterias resultan inofensivas, sin embargo otras no lo son tanto. El azúcar les hace generar un ácido que ataca a los dientes. Aunque el flúor o el calcio de los mismos le hacen frente, el ataque continuo termina debilitándolos. Una vez alimentadas con el azúcar se reproducen, acumulándose entre los dientes cada vez en mayor cantidad. La placa que se forma con esta acumulación termina endureciéndose, lo que complica su extracción.

Aparición de caries

Las bacterias de las que hablamos se cuelan por los diferentes huecos formados en los dientes por acción del ácido. Una vez allí, se hacen fuertes. Tanto que para poder limpiarlas hace falta la ayuda de un profesional. Se detectan normalmente gracias a las manchas, la sensibilidad dental o el clásico dolor de muelas. Otras veces es el propio dentista quien las descubre tras una simple inspección rutinaria.

Encías inflamadas

La placa acumulada en los dientes inflama las encías, aumentando así la sensibilidad dental. Si esto se produce de manera continuada da lugar a que el tejido se descomponga y la encía se retire, posibilitando entonces que alguno de los dientes pueda llegar a caerse.

Fracturas en los dientes

Además de por golpes accidentales, los dientes pueden fracturarse por causa del exceso de azúcar. El ácido generado del que hablamos antes debilita el esmalte, genera las caries y crea diversas grietas que, en función de su profundidad, pueden llegar a romper el diente.

Estos son las consecuencias más destacadas para los dientes de un consumo excesivo de azúcar. Una higiene dental diaria prevendrá estos problemas. No obstante, la visita regular al dentista servirá para tener controlado el estado óptimo de nuestros dientes y solucionar cualquier alteración que pudiesen sufrir.