la lengua

La lengua es un órgano importante de nuestro cuerpo y parte de nuestra boca. Resulta indispensable su limpieza para asegurar nuestra salud bucal en las mejores condiciones, pero a menudo es la gran olvidada. Hoy te ofrecemos las claves para su higiene.

En nuestra clínica insistimos mucho en la importancia de una buena higiene bucal, como base para mantener una salud bucodental óptima. En este blog también hemos tratado el tema varias veces, como en este artículo sobre los consejos básicos de salud bucodental, o este otro en el que hablábamos de los cepillos dentales convencionales y los eléctricos.

Pero nuestra labor es seguir difundiendo y educando sobre la importancia de este asunto. Por eso hoy vamos a abordar un tema que a veces pasa desapercibido cuando hablamos de la higiene bucal: la lengua.

Atento/a porque te vamos a dar unos datos a tener muy en cuenta.

La lengua, un órgano importante

Estas son las características de este pequeño, pero verás que importante, órgano:

  • La lengua es un órgano muscular móvil situado en el interior de la boca, con funciones digestivas, respiratorias, lingüísticas y sociales.
  • Desempeña importantes funciones como la hidratación de boca y alimentos mediante la salivación, la deglución, el lenguaje y el sentido del gusto.
  • La musculatura lingual permite a la lengua gran movilidad. Esta musculatura consiste en 17 músculos, de dos tipos: extrínsecos, originados fuera de la lengua; y músculos intrínsecos, originados dentro de ella.
    Todas las fibras musculares de la lengua son esqueléticas.
  • Es considerado uno de los músculos más importantes de nuestro cuerpo. Se dice que es el músculo más poderoso del cuerpo en relación tamaño-fuerza.
  • Una gran cantidad de bacterias se acumulan en la lengua, pudiendo ocasionar problemas de salud oral y de mal aliento.
Como limpiar tu lengua

La importancia de la limpieza de la lengua

Como hemos dicho, las bacterias que se acumulan en la lengua pueden acarrear problemas. Por eso es importante la limpieza de este órgano. La higiene dental no estará bien hecha si no incluye la limpieza de la lengua.

Pese a la importancia que tiene como órgano, resulta el gran olvidado de la limpieza bucodental.

Debemos limpiar la lengua al menos una vez al día. Se trata de habituarnos a dedicar a la limpieza sólamente unos segundos más y esmerarnos en la limpieza específica de esta zona.

Para ello podemos hacernos con un aliado perfecto, el limpiador lingual. A falta de éste, también hay modelos de cepillos dentales que incorporan un limpiador lingual en su cara externa. O incluso podemos hacerlo con el cepillo clásico.

El limpiador lingual

Se trata de un mango con un cabezal de plástico que sirve para fregar la lengua. Hoy en día existen modelos de diferentes marcas y se trata de un artículo que se encuentra en los comercios habitualmente.

El limpiador lingual tiene dos caras: una es de perfil ondulado, especial para adaptarse a la depresión central de la lengua; la otra tiene el perfil liso y está diseñada para limpiar los laterales.

¿Cómo hay que limpiar la lengua?

El uso del limpiador lingual no entraña ninguna dificultad y requiere de cierto entrenamiento, puesto que como hay que introducirlo hasta el final de la boca, a veces puede provocar náuseas en algunas personas. No obstante, se trata de un proceso pasajero, hasta habituarse.

Vayamos por partes:

  • Una vez limpiados los dientes, sacamos la lengua y pasamos el limpiador lingual a modo de raspado, utilizando la cara del limpiador que tiene un saliente. Comenzamos en la zona más interna de la lengua y tirando hacia la punta.
  • No se debe presionar excesivamente, pero repetiremos este gesto varias veces, para eliminar la mayor cantidad posible de restos. Entre una y otra pasada, pasaremos el limpiador lingual por agua para aclararlo.
  • Limpiamos los laterales de la lengua utilizando la cara lisa del limpiador.
  • Una vez terminado este proceso, podemos completar la limpieza bucal con un enjuague sin alcohol, que nos ayudará a eliminar el resto de bacterias que hubieran podido quedar.
  • Limpiamos el limpiador lingual (o el cepillo dental) con agua y lo tendremos listo para la siguiente ocasión.

¿No es una labor costosa, verdad? Unos segundos que nos ayudarán a prevenir de enfermedades bucales, además de mantener el aliento fresco y evitar la halitosis.

¡Así que saca la lengua!